martes, 31 de mayo de 2011

Restaurado color original de la casa de los hermanos Matta Goyenechea.


Durante años, los habitantes de Copiapó nos hemos acostumbrado a ver el legado arquitectónico patrimonial de nuestra ciudad sólo desde nuestra perspectiva presente. Sin embargo, es un hecho que esta riqueza está aquí como testimonio de nuestro pasado y, precisamente por eso, es la llave que tenemos para enriquecer nuestra memoria colectiva y junto a ello, nuestro patrimonio cultural regional. La conformación de ese recuerdo colectivo es el conjunto de fragmentos de historia, que han hecho -y que hacen- los hombres y mujeres que vivieron y construyeron nuestro pasado; de ahí que resulte de vital importancia la investigación meticulosa de estos recuerdos, para devolver al presente, con el máximo de veracidad, estas memorias, y de esa manera enriquecer nuestra comprensión de la actualidad.
Precisamente este es el espíritu que ha impulsado a quienes hoy cuidan del legado histórico de nuestra ciudad, para motivarse a rescatar los colores originales del edificio que alberga desde 1982 al Museo Regional de Atacama. Esta casona - Casa de los hermanos Matta Goyenechea- , pertenece al estilo arquitectónico atacameño republicano propio del siglo XIX, y es monumento histórico nacional. Hoy se encuentra pintada a la usanza del estilo colonial de la zona central de nuestro país, con el típico tono rojo colonial, muy alejado del color que en realidad esta edificación poseía.
Gracias a un proceso meticuloso de restauración de sus colores originales, se descubrió que la tonalidad original de esta casa se apega a los tonos damasco, muy propio de las construcciones más antiguas de esta zona. Algunas entrevistas actuales a ciudadanos copiapinos, dejan entrever que la razón para tal color pudo deberse al propio entorno y a las condiciones ambientales de nuestra ciudad: el desierto que nos rodea, llega hasta nuestra ciudad gracias al viento, alojándose en las paredes de nuestras casas. Esa realidad, que no ha cambiado, podría haber motivado a nuestros conciudadanos del pasado a integrarse a este cuadro, para armonizar de mejor manera con este ambiente.
Apegándonos al trabajo minucioso de rescate patrimonial, más allá de las técnicas físicas de recuperación de colores, se han efectuado entrevistas, y en la memoria de los copiapinos actuales, hay recuerdos de que hacia la década de 1950, cuando en estas dependencias funcionó la Escuela Normal, este edificio aún conservaba el típico color damasco de las construcciones más representativas del siglo XIX de nuestra ciudad.
Por esta razón, para entregar a la comunidad atacameña una visión arquitectónica y un entorno patrimonial veraz y coherente con nuestra memoria colectiva y nuestra historia, se abrirán nuevamente para esta ocasión, las puertas del Museo Regional de Atacama, esta vez, luciendo en su fachada la tonalidad original.
Ximena Ferreiro
Colaboradora Museo Regional de Atacama

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